domingo, 5 de octubre de 2008
La carta que no vas a leer
"Autoprotección", así le decís a tu incapacidad para aceptar tus sentimientos, para justificar tus cabronadas y para explicar tu miedo a sentir algo por alguien...
Sos un buen maestro, eso tengo que aceptarlo, sos un buen maestro enseñando a los demás los "beneficios" de la insensibilidad y la indiferencia. Algo he aprendido y de algo me ha servido.
Preguntás que para qué me ha servido...¡Qué facil la respuesta! Me ha servido para no demostrarte lo que me importas, para no demostrarte que tus tonteras me afectan, que cuando nos peleamos me duele, que tu indiferencia me lastima y para demostrarte que de los dos...yo aguanto más.
Decís que todo me "pela", no, no me pela...Pero ¿te has preguntado siquiera si demostrarte que me importa sirve de algo? Yo sí me lo he preguntado, muchas veces de hecho, y creo que si te demuestro que me importa o cuánto me importa (o importaba, ya no sé) vos te vas a alejar... y eso no sólo me importa sino también me da miedo...Me da miedo porque a lo largo de todo este tiempo me he acostumbrado, me he acostumbrado a tus rarezas, a tus insensibilidades, a tu libertad, a nuestra libertad, tal vez hasta podría decir que me he acostumbrado a vos...
Y quizá lo lógico sería que me alejara YO de vos, que no enredara más el asunto porque son muchos los motivos por los que no vamos a estar más juntos de lo que ya estamos. Y no te estoy pidiendo más de lo que me das, pero entendé que mi indiferencia con vos no es porque no te quiera, no es porque no me importe. Mi indiferencia es porque no quiero que te alejes porque, finalmente, has llegado a ser algo importante en mi vida.
Sé que no vas a leer esto jamás por eso, tal vez, es tan fácil ser sincera y decirte (finalmente) que te quiero...
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